Abrí los ojos y ya tenía los 30, casi ni me enteré
porque sigo siendo el mismo de ayer,
pero aún así tomé nota, actualmente mi mente
es como un cajón de ideas que lo abres y explota.
Los veintitantos ya se fueron, corrieron veloces,
me dieron coces, desaparecieron.
Llegaron los 30... Ya lo dijo Zitte,
ahora empieza mi segunda juventud hasta las 40.
Y así pasan los días, con los mismos miedos,
mismas alegrías, cada día es una oportunidad,
buscando mi felicidad donde no la encuentre nadie,
haciendo lo que quiera yo, no lo que quieran otros... ¿vale?
Se supone que debo hacer esto o aquello,
se supone... ¿qué? Sí, vale, "Se supone".
Rezáis a un dios que no existe pero el loco soy yo,
por no querer casarme, enamorarme, ni formar familia... ¿sabes?
Ni que ellos me entendieran, y ni querer quisieran,
que si supieran... ¡Ja! Tío, si supieran...
Quizás perdieran la fe en mí o qué sé yo...
Coleccioné odio desde el preludio hasta este nuevo episodio
y así me hice mayor, y el único
que no me ha abandonado nunca ha sido el niño de mi interior.
Vuelve la ansiedad si la cuerda se tensa,
y mi metodología dibuja el camino hacia mi recompensa.
Yo sigo rodeado de tantos tontos que viven
enganchados al falo que más les interesa,
yo intentando no ser la presa, viendo y callando,
siguiendo por mi carril caminando para salir de una pieza.
Descubrí que es mejor caminar siendo libre
y que sin pasos no hay camino posible,
avanzo en silencio como un chico invisible,
pero dejé mis huellas impregnadas para recordar de donde vine...
Que nada ni nadie te borre la sonrisa,
que vales más de lo que crees, vive tu vida sin prisas,
valora lo que tienes porque mañana se va,
aquí nada es eterno y mucho menos la felicidad.
Mírate, quiérete a ti mismo que serás
quien más te va a querer, y un poco de filosofía,
que quizás todos los días no sean buenos,
pero seguro que siempre hay algo bueno todos los días.
He sufrido como todos pero lo he sentido a mi manera,
no me duele lo mismo un amigo que un cualquiera.
Sevilla mi cuna y mi tumba, Pino Montano mi escuela,
si la cosa va mal tendré que irme aunque me duela...
Es adaptarse, moldear tu zona de confort,
extender los horizontes que antes eran planos,
mirar más allá, crecer, volar, experimentar,
y dejar pasar lo que nunca debió pasar... adiós.
Defínete y no dejes que te etiqueten.
¿Te mosquean? No te ralles, coge tus cosas y vete,
y deja que fluya, quizás te jodan una vez
pero si lo hacen dos veces entonces es culpa tuya...
Ni pisar ni que te pisen, baila siempre en días grises,
reconoce tus propios errores y deslices,
aprende de ellos, cuidado con lo que haces y dices,
aquí se avanza y se crece lamiéndonos las cicatrices.
Andando entre balazos, dando codazos,
sigo fiel a mis principios sin delimitar mis pasos.
Mi vida, mis normas, que nadie consuma mi espacio.
Mi mayor meta: Ser feliz a corto plazo,
solo o acompañado pero reseteándome primero,
actualizándome a mi versión 3.0,
continúo la senda que se abre ante mí,
con perspectiva, la vida es una droga adictiva.
Necesitas ubicarte, andas en círculos y avanzas
pero con destino hacia ninguna parte.
Mira la luz al final del túnel, esquiva adversidades,
a veces no hay segundas oportunidades...
Sigo sonriendo porque sigo respirando,
sigo escuchando a mi corazón, me va guiando,
yo me arrepiento de poco y aunque así sea ya es tarde,
pero mi verdad no me la roba nadie.
Si muero mañana recuérdame escuchando mi música
y no olvides que existí,
cuando ya no esté escúchame, siénteme, y no olvides
que ya no me ves pero que una vez también estuve aquí...